miércoles, 23 de febrero de 2011

La duende Nadán





¿Por qué otro día lluvioso?, ¿Por qué, no llega la primavera de una vez?, Estoy harto y más que harto de esta lluvia que no me deja pensar, no hay nadie en el parque, todo solitario está y no hago otra cosa más que trabajar.

Mis amigos no me llaman, no me quieren escuchar, estoy harto y muy cansado,. Casi mejor que no haya nadie, así no me molestarán.

¿Qué te pasa? tienes mala cara, ¿no quieres jugar?, ¡pues no! señora, no quiero, no me venga a molestar.¿me dejas que te cuente un cuento? ¡cómo! un cuento?, eso es para los niños yo soy muy mayor ya.

Bueno ¿que puedes perder? esa cara tuya no puede empeorar.
¡vale! muy bien si eso la hace feliz, cuénteme usted.
Yo ya soy feliz solo por estar contigo aquí, pero tal vez a tí si te lo pueda hacer.

Y antes de que pudiera hablar, ella me empezó a contar.

Si no te importa los ojos debes cerrar..

Danzaban los duendes, corrían espantados, pensaban en regalos, saltaban los ríos comían las flores, daban vueltas en los árboles, mirando los lindos colores.

Flotaban sus pensamiento entre la luna y las nubes convirtiéndose en deseos.

¿qué canción he de inventar?, pensaba Adán ¡la de el alma de las rocas!le dijo la duende Nadán.


Sus largos encuentros con lo vivo las hicieron sabias, y su no poder moverse ¡les dio tanta calma!

¿cómo puedo hablar con ellas?

Pues pártelas y hay dentro ellas te hablarán, si quieres yo te cuento lo que acaban de cantar, los niños del poblado que todo lo saben aún, pues la vida no les robó la frescura en la que habita la sabiduría del mundo interior y también exterior.

¡Pero si sólo son niños!

Que pronto nos olvidamos de que al nacer todo lo sabemos, todo es mágico...

Los niños aman, sin más, ríen, sin más, lloran sin más, pero luego los adultos no los dejan soñar y esa magia de que hablo, va desapareciendo y poco a poco se olvida ,Adán.

Yo quiero recuperarla ¿dónde la puedo encontrar?

Mira en tu interior, busca tu verdad, mira el horizonte, el mar, los árboles, las flores, los pájaros y los colores, ¡entrégate a su juego, el de nunca parar! siempre en movimiento como ellos así has de estar y poco a poco la recuperarás, creyendo en lo increíble volverás a flotar.

Quieres que observe la tierra, la vida que viene y va, que mire el horizonte que me deje llevar- ¡pero!- ¿y si mientras esto hago aparecen los orcos y así distraído me vienen a atacar?
Los orcos vendrán o no vendrán ¿ que más da si les esperas, o si mientras vives la vida? y cuando venga, estando alerta, frente igualmente les harás.



Tienes razón Nadán! ¿ para qué vivir pensando en protegerme y sin disfrutar? Estaré alerta , pero me dejaré llevar por los ríos, que el mundo recorren, por las piedras y la mar, por las flores que abren sus lindos colores sin pensar que las pueden aplastar.

¡Baila entonces conmigo la danza del amor eterno! ¡suelta tus brazos, las manos abiertas al cielo, nos damos danzando al amor!

Caminando por el bosque , de la mano se alejaron, descubrieron que se amaban y cantaron y bailaron y en la vida juntos están, pero viven sus dichas y pelean sus batallas en compañía del bosque , los ríos , la mar....


Ya puedes abrir los ojos, mira ahora la verdad, lo que te rodea te sorprenderá, -Cuando abrí los ojos, no podía creerlo, el sol brillaba radiante, el parque rebosaba de alegría y escolares, nada parecía igual, los almendros cubiertos de hermosas flores el olor era tan intenso que se podía saborear, mis piernas cansadas estaban ahora como si flotaran, una cálida brisa me llegó a la cara e hizo flotar mi cabello que se meció suave como un baile.


¿cómo podía ser?, ¿cómo todo ese cambio había sucedido a mi alrededor y en apenas el tiempo de escuchar un cuento?, me volví para mirar a la ancianita que me lo acababa de contar, ¡no estaba!, pero una niña pequeña con su manita me agarraba, pregunté perplejo -¿que haces aquí , clara?, si yo estaba hablando con una anciana. Y más perplejo quedé al escuchar lo que me contestaba.

¿Que te pasa papá?, aún estás dudando de quién te habla, has visto florecer la primavera a tu alrededor en tal sólo el tiempo que tardé en contarte el cuento y ¿aun te sorprendes de quién te lo contó?

-Pero no eras tu, hija, era una viejita - Tu corazón estaba triste y sólo veía eso, tristeza, nada más, no te dabas cuenta de lo que en realidad tenías, tan preocupado con tus miserias, yo siempre he sido una niña , pero como tu pensabas que los niños nada saben, no creías ni siquiera que fuera capaz de contarte un cuento, pensaste que era una anciana, quien te quería enseñar.

En ese momento dos lágrimas de emoción corrieron por mi cara, mi cuerpo se lleno de amor, sonriendo me abrazó y nos fuimos de la mano, en niño de nuevo me convirtió y saltamos y bailamos, con el bosque, los rios, la mar....


Primavera 2006

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